
...Percibía como la magia y la nostalgia empapaban aquel lugar. Era como si un canto dulce, pero a la vez impregnado de amargura, inundara el ambiente y fuera capaz de cautivar el corazón de todo ser viviente que paseara por sus sendas. Tan subyugante melodía era una llamada nostálgica que brotaba de las raíces más profundas de los árboles y se perdía más allá de las copas los viejos abedules y los robles más sabios...
David Mateo (Tobias Grumm), de La Sangre del Sistrian.